lunes, 16 de noviembre de 2009

Relato


De repente me desperté, no sabía como había llegado hasta allí, me encontraba tumbado en la orilla y con arena hasta en zonas de mi cuerpo que desconocía.
Me levanté poco a poco y miré al horizonte, por más que buscaba, no había ni rastro de mi moto acuática ni de ninguno de mis compañeros, así que decidí indagar el nuevo lugar donde me encontraba, algo a mi parecer semejante a una isla.

Empecé a andar de forma sigilosa y por más que caminaba sólo veía cocoteros y algún que otro insecto.
Antes de que me pudiera dar cuenta el sol empezaba a esconderse, así que decidí buscar algo con lo que poder hacerme un pequeño cobijo para pasar la noche, ya que no me quedaba otro remedio que pasarla allí. Gracias a tantos años que estuve en los boys scouts me defendí como pude con lo poco que encontré, debido a que no quise adentrarme mucho por miedo a perderme.

Pasé la noche como pude, prácticamente sin dormir pensando en dónde estarían mis amigos y en cómo poder salir de allí lo antes posible.

A la mañana siguiente mi preocupación no había cesado, pero debía buscar alguna forma de abandonar aquella isla y que todo quedase en una pequeña anécdota que poder contar en un futuro a mis hijos.
Después de comer algunos frutos que encontré, me decidí a investigar toda la isla a ver si por el lado opuesto en el que estaba podía encontrar a alguien.

Tras unas horas de búsqueda me di cuenta de que había llegado al mismo punto de partida, ahí a unos diez metros podía ver mi pequeña y protectora choza, así que llegué a la conclusión de que mi estancia en este lugar no iba a ser precisamente breve.

Me quedé el resto del día haciendo pequeñas cosas que me podían ser útiles en el futuro, pero siempre cerca de la orilla con la esperanza de que alguien apareciera y poder salir de allí, pero se hizo de noche y nada de lo que esperaba sucedió.

Debido al cansancio de todo el día y que la noche anterior no había pegado ojo, me quedé profundamente dormido.

Estaba amaneciendo, cuando oí una voz que me despertó, me levanté y rápidamente busqué de donde procedía esa voz que me resultaba familiar, pero no lograba ver a nadie, por lo que pensé que era fruto de mi imaginación, de repente volví a escuchar mi nombre, eran mis amigos Pedro y Nicolás que venían en mi búsqueda.
Nunca pensé que me alegraría tanto de volver a verlos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario